Molido de café: el secreto para un sabor equilibrado en tu taza

Para muchos de nosotros, una buena taza de café es más que solo una bebida: es un ritual, una experiencia sensorial y, a veces, el inicio perfecto para nuestro día. Pero para obtener ese café ideal, hay un detalle fundamental que puede pasar desapercibido: el molido de café.

¿Por qué el molido de café es tan importante?

Cada grano de café tiene en su interior una combinación única de aceites, sabores y aromas. Durante el proceso de molido de café, se rompe la semilla (que es la “pepita” o fruto de la planta de café). Esto permite que su interior se exponga y así es posible qu los componentes esenciales del café se extraigan al momento de entrar en contacto con el agua.

La razón por la cual este paso es crucial es porque un molido inadecuado puede arruinar el perfil de sabor y aroma del café, incluso si la calidad del grano es excelente. Si el molido es inadecuado, pueden producirse varios problemas que afectan el sabor final. 

Un molido demasiado grueso puede dar como resultado una subextracción: al no haber suficiente superficie expuesta, el agua no alcanza a disolver la cantidad adecuada de compuestos aromáticos y de sabor. Esto produce un café “plano”, aguado o sin carácter. Por lo general, se asocia con sabores como el salado o el agrio (Gothong, 2021).

Por el contrario, un molido demasiado fino tiende a sobreextraer el grano, ya que la superficie es muy grande y la extracción se hace demasiado rápida. En este caso, se liberan ciertos compuestos que generan una taza con un sabor amargo e intenso. También se asocia con una sensación seca o vacía del café (Bordiniuc, 2024).

 

De la semilla al molino: el proceso del café

Para entender bien la importancia del molido de café, primero hay que conocer los pasos previos. Todo comienza en la plantación de café. En esta primera etapa, los cafetos crecen. Para ello, es necesario que el ambiente ofrezca una humedad alta y el clima tenga una temperatura moderada (Santos, 2024). Cada región cafetera obtiene su propia “firma” de sabor. Factores como el suelo, la altitud y el clima influyen en el resultado.

Una vez que las cerezas de café están maduras, se debe hacer la cosecha de café. En este momento, se escogen los mejores granos. Después de esto, el grano verde (semilla de café) pasa por el proceso de tueste. El tueste del café es una etapa que transforma el grano crudo en ese color marrón que todos conocemos. Esto produce los aromas y matices de sabor que más adelante se quieren extraer en cada taza.

Finalmente, llegamos al molido de café. Este es el último paso antes de la preparación, y aunque puede parecer sencillo, es uno de los más delicados. El objetivo es lograr que los granos adquieran una textura uniforme.

 

Tipos de molido de café

No todos los molidos son iguales. No existe tampoco uno mejor que otro. En realidad, cada método de preparación café requiere un grosor específico para que la bebida tenga el mejor sabor posible. 

A continuación, te explicamos los tipos de molido más comunes y los métodos para los que mejor funcionan:

  1. Molido grueso: este molido de café genera partículas grandes y es perfecto para métodos de extracción lenta. Por ejemplo, la prensa francesa. En esta preparación, el café y el agua permanecen en contacto durante varios minutos, permitiendo una extracción gradual de sabores sin sobreextraer los aceites del grano, lo que evita amargores.
  2. Molido medio: similar a la textura de la sal de mesa, el molido de café medio es versátil y funciona bien para cafeteras de goteo. Esto permite una extracción equilibrada, ideal para quienes buscan un café con cuerpo y un sabor suave y agradable. Es perfecto para tomarlo por las mañanas.
  3. Molido fino: de textura parecida a la del azúcar granulada, este molido es ideal para cafeteras de filtro y máquinas de espresso domésticas. Debido a su tamaño, permite que el agua pase más rápido a través del café.
  4. Molido extra fino: este molido de café es tan fino como la harina y es el preferido para el café turco, en el cual el café se hierve directamente en el agua sin filtrar. Su textura fina permite que se mezcle de manera más homogénea.

 

¿Por qué es bueno experimentar con el molido de café?

Encontrar el punto de molido perfecto puede ser un camino lleno de descubrimientos. Lo ideal es empezar probando los distintos tamaños de molido con el método de preparación que usas frecuentemente. 

Por supuesto, si compras café molido, este ya viene con un molido estándar. Sin embargo, si tienes un molino de cuchillas o un molino de dientes, puedes experimentar con distintos niveles de velocidad y fuerza. Así, vas a lograr el tipo de sabor que quieres. Estos son algunos consejos para que tengas en cuenta durante el molido de café:

  • Ajusta según el tiempo de extracción. Si el café sale muy amargo, prueba un molido más grueso. Si, por el contrario, el café resulta demasiado débil, intenta un molido más fino.
  • Varía con la cantidad de agua. Otro detalle importante es que los molidos más finos requieren menos tiempo de contacto con el agua. Por otro lado, los más gruesos pueden soportar periodos más largos. Si usas una prensa francesa, por ejemplo, un molido grueso es ideal porque se deja en contacto con el agua por más de 4 minutos.
  • Prueba con diferentes granos. No todos los granos de café reaccionan igual al molido. Los cafés de diferentes regiones pueden revelar detalles diferentes. Por eso, lo mejor es pruebar varios tipos para descubrir qué grano y molido se adapta más a tu gusto.

 

La próxima vez que prepares una taza de café, recuerda que el molido no es solo un paso más. Es el secreto detrás de cada aroma y cada matiz del sabor. Al ajustar el tamaño del molido a tu método de preparación, estás dándole al grano la oportunidad de brillar y mostrar su mejor versión. Así que experimenta, juega con los diferentes texturas y descubre la versión que realce tu sabor favorito.