Café irlandés: 5 pasos para preparar el cóctel perfecto en casa

El café irlandés es una de esas bebidas que combina la calidez de una buena taza de café con la intensidad y frescura del alcohol. Este tipo de cocteles son ideales para ocasiones especiales o simplemente como un capricho para disfrutar en casa cualquier día. 

¿Sabías que puedes preparar uno tú mismo en casa? Aunque es una bebida muy sofisticada se piensa que únicamente se encuentra en restaurantes o bares. La buena noticia es que es fácil aprender a hacerlo en casa. Con ingredientes simples y siguiendo estos sencillos pasos, podrás disfrutar de esta exquisita fusión de sabores. Aquí te enseñamos cómo hacerlo.

¿Qué es el café irlandés?

El café irlandés es un coctel que se compone principalmente de cuatro ingredientes: café caliente, whisky irlandés, azúcar y crema. Esta mezcla perfecta no solo ofrece una experiencia de sabor única, sino que también es visualmente atractiva gracias a su distintiva capa de crema que flota sobre el café.

 

Origen del café irlandés

Este coctel tiene sus orígenes en la década de 1940, cuando se preparó por primera vez en el aeropuerto de Foynes, en Irlanda. Se cuenta que su inventor, un chef llamado Joe Sheridan, lo preparó para reconfortar a los pasajeros de un vuelo que había sido desviado (Fuchs, 2020).

Desde entonces, el café irlandés ha sido una de las opciones más populares de bebida de bienvenida. La combinación del café y el whisky irlandés resulta en un equilibrio particular.

5 pasos para preparar un delicioso café irlandés

Ahora que ya conoces qué es el café irlandés y su historia, es momento de descubrir cómo prepararlo en casa. A continuación, te mostramos los pasos sencillos para empezar a dominar la técnica y personalizar la receta según tus gustos.

1. Elige el café adecuado

El primer paso para un gran café irlandés es elegir un café de alta calidad. Aunque es cierto que cualquier tipo de café puede funcionar, se recomienda utilizar un café intenso, oscuro y fuerte. En otras palabras: un café con más carácter. La idea es no preparar un café americano típico, famoso por ser más ligero, sino uno bien concentrado. Esto se debe a que el café debe tener suficiente cuerpo para resistir la intensidad del whisky sin perder su sabor (The Doctor Cocktail, 2024).

2. Mezcla con whisky y azúcar

En una taza resistente al calor, añade aproximadamente 30-45 ml de whisky. Luego, añade una o dos cucharaditas de azúcar morena o blanca, dependiendo de tu preferencia. Es recomendable usar azúcar morena, ya que su sabor caramelizado complementa muy bien al café. 

Mezcla bien con una cuchara hasta que los granos de azúcar se disuelvan completamente. Recuerda que el equilibrio es clave en este paso. Si agregas demasiado azúcar o whisky, es posible que opaques el sabor del café. Por eso, es importante probar la mezcla y ajustarla a tu gusto personal.

 

3. Añade el café caliente

Ahora, vierte lentamente el café caliente en la taza con la mezcla de whisky y azúcar. Es importante que el café esté bien caliente para mantener la bebida en la temperatura ideal. Llena la taza hasta aproximadamente 2/3 de su capacidad. Esto permite que quede espacio para la crema que añadirás más tarde.

 

4. La crema perfecta

Aquí es donde la magia sucede. Para conseguir que la crema flote sobre el café, es fundamental que esté bien fría. Bate la crema hasta que tenga una consistencia suave pero aún líquida, no tan espesa como la crema batida. Luego, con una cuchara y mucho cuidado, vierte la crema sobre el dorso de la cuchara para que se deslice lentamente sobre el café sin mezclarse con él.

Este detalle de la crema es lo que le da a este café su aspecto visual característico. Debe verse con las capas bien definidas de café y crema. Asegúrate de no batir demasiado la crema, pues debe ser lo suficientemente ligera como para flotar.

 

5. Decoración y presentación

Para un toque extra, puedes espolvorear un poco de cacao en polvo o café molido sobre la crema. Esto no solo mejora la presentación, sino que también añade una capa extra de sabor que combina a la perfección con los ingredientes principales. Otra opción popular es decorar con una ramita de canela o unas virutas de chocolate.

Variaciones del café irlandés

Si bien el café irlandés es un clásico, no hay reglas estrictas sobre cómo prepararlo. Algunos amantes del café prefieren experimentar con diferentes tipos de azúcar, como el azúcar de coco.

Además, al tratarse de un coctel que combina dos ingredientes comunes en todo el mundo, como el café y el whisky, es fácil que surjan las variaciones. Por ejemplo, dependiendo de los tipos de café utilizados o del tipo de whisky, los sabores pueden resultar sutilmente distintos.  

Por ejemplo, utilizar café tostado a la leña eleva significativamente el sabor de la bebida. Este proceso de tostado le otorga al café notas ahumadas y ligeramente caramelizadas que se integran de manera armónica con el whisky.

También, es buena idea optar por variar detalles como:

  • Diferentes tipos de crema: crema de coco o leche condensada. Esto le da un toque característico al café irlandés.
  • En algunos casos, se añade una pizca de nuez moscada para darle un aroma más cálido.
  • Incorporar sabores adicionales: puedes hacer una infusión del café con especias como cardamomo, clavo o anís estrellado antes de mezclarlo con el whisky. Esto le dará una profundidad aromática y un perfil de sabor más exótico, ideal para los amantes de las bebidas especiadas.

Ya sea que prefieras la receta clásica o te animes a experimentar con alguna de las variaciones, preparar este coctel en casa es una excelente manera de disfrutar de la comodidad del hogar. Así que, ¿por qué no sorprender a tus amigos o darte un capricho preparando tu propia versión?