Café con helado: el postre perfecto para los amantes del café

¿Te gustan los postres de café? ¡Entonces tienes que probar el café con helado! Se trata de una preparación que combina la calidez del café con la cremosidad del helado. Sin duda, es perfecta para un toque dulce después de la comida. Aprende a prepararla acá.

¿Qué es el café con helado?

Este postre sencillo pero espectacular, también conocido como affogato, consiste en una bola de helado cubierta con un espresso caliente. En español, la palabra affogato significa “ahogado”. El nombre hace referencia a la bola de helado ahogada o cubierta en espresso. Su origen se remonta a Milán, Italia, donde los amantes del café buscaban maneras de disfrutar su bebida favorita de formas innovadoras. Así, encontraron en esta preparación la perfecta unión entre el espresso y el gelato, dos elementos básicos de la cocina italiana (Rojo, 2020). 

Aunque en su versión original es un postre sencillo, el café con helado ha evolucionado bastante. Hoy en día, hay innumerables variaciones para todos los gustos, desde las más tradicionales hasta aquellas que incluyen licor o diferentes sabores de helado. Además, se ha vuelto popular especialmente en los principales países consumidores de café. Como los amantes de esta bebida siempre buscan experimentar con sus sabores y texturas, la combinación de temperaturas y sabores del affogato transforma el café habitual en una experiencia nueva para el paladar.

 

¿Cómo preparar café con helado en casa?

Su preparación requiere de práctica. Aun así, una de sus grandes ventajas es que sus ingredientes son muy comunes y fáciles de conseguir en cualquier lugar. Esto hace que sea un postre accesible y que sea posible prepararlo en casa. A continuación, te explicamos los pasos esenciales para hacer un café con helado perfecto en la comodidad de tu hogar.

 

1. Selecciona un buen espresso

El primer paso es la elección del café. La base de esta preparación es el espresso, por lo que invertir en granos de alta calidad marcará la diferencia en el resultado final. Existen muchos tipos de café ideales para esto. Principalmente, se suelen utilizar los que resultan en una bebida más fuerte y aromática para favorecer el contraste con el dulce del helado. Cuando lo prepares, asegúrate de que el agua esté entre 92 y 96 °C. Esto ayuda a extraer todos los compuestos aromáticos sin quemar el café (Stanley-Foreman, 2023).

2. Elige el sabor del helado

Al preparar un café con helado, el segundo paso crucial es la elección del helado. Aunque el sabor tradicional es vainilla o crema, no hay límites a la hora de experimentar con otras opciones. Dependiendo de tus preferencias, podrías probar con helado de chocolate, café o caramelo. Incluso, es posible escoger opciones más atrevidas, como menta o pistacho. 

La clave es elegir un sabor que complemente bien el espresso sin opacar su intensidad. Por eso, los sabores neutros como la vainilla funcionan mejor. Sin embargo, si te gusta innovar, no dudes en probar sabores frutales o con toques especiados.

3. El momento de la preparación del café con helado

Una vez que tienes tu espresso y tu helado, ¡es hora de la magia! El proceso de preparación es más sencillo de lo que parece. Sin embargo, conocer el paso a paso te ayudará a garantizar que sea delicioso y visualmente atractivo: 

  • Enfría los recipientes: antes de servir, enfría los vasos o tazones donde colocarás el helado. Así, evitarás que se derrita demasiado rápido cuando añadas el espresso caliente. Esto te permitirá disfrutar de la fusión de texturas del café con helado durante más tiempo.
  • Tamaño de la porción: coloca una o dos bolas de helado en el centro del vaso o tazón. Si quieres tener una presentación profesional, usa una cuchara de helado para asegurarte de que las bolas queden redondas. Si usas helado artesanal, evita manipularlo demasiado para que no pierda su textura.
  • Prepara el espresso en el momento: una vez que el helado esté en el vaso, prepara el espresso justo antes de verterlo. El café debe estar lo suficientemente caliente para derretir parcialmente el helado. De este modo, se mezclan ambos sabores y se crea la experiencia única.
  • Añade el espresso: vierte el espresso despacio y en forma de hilo sobre el helado. Asegúrate de cubrir la mayor parte del helado para que el calor derrita la capa exterior. Así, se crea una mezcla cremosa en el fondo del vaso. Al mismo tiempo, el centro del helado se mantiene sólido y se va derritiendo poco a poco.

4. Añade un toque personal a tu café con helado

Una vez viertas el espresso sobre el helado, puedes personalizar tu postre con algunos ingredientes adicionales. Por ejemplo: 

  • Espolvorea canela o cacao en polvo por encima.
  • Añade un chorrito de licor, como amaretto o Baileys.
  • Decora con trozos de chocolate rallado o nueces.

 

Variaciones y acompañamientos 

El café con helado es un postre versátil. Aunque nunca está de más probar su versión original, también puedes experimentar con variaciones. Por ejemplo:

  • Café irlandés: añade un chorrito de whisky al espresso para darle un toque de calidez y un sabor robusto. El resultado es una combinación cálida, con notas profundas y robustas, que recuerda al clásico café irlandés.
  • Especias: si prefieres un perfil de sabor más suave y aromático, puedes añadir canela, nuez moscada o incluso un toque de vainilla al espresso. Esto le dará un sabor especiado que complementará perfectamente el dulzor del helado.
  • Chocolate: ¿quién puede resistirse al chocolate? Añadir jarabe o crema de chocolate al affogato es una manera de hacer que este postre sea aún más irresistible. Aunque, por supuesto, su sabor va a ser más dulce. Si prefieres un sabor más amargo, puedes optar por una versión de chocolate con 70 % de cacao o más.

Además, puedes acompañar tu postre con algunos deliciosos complementos. Por ejemplo, galletas, frutos secos o trozos de frutas frescas. Incluso, puedes pensar en acompañarlo con un café americano suave y pequeño durante tu merienda de la tarde.

Preparar y disfrutar de un café con helado es una experiencia que va más allá de solo comer. Es un ritual que puedes compartir con tus seres queridos o disfrutar en soledad. A medida que el helado se derrite y se mezcla con el café, los sabores evolucionan en tu paladar y crean un equilibrio perfecto entre la calidez del espresso y la suavidad del helado. Ya sea que optes por la versión clásica o te atrevas a probarla con licores o especias, esta preparación es un deleite que no pasa de moda. ¡Es la opción perfecta para darte un pequeño lujo en cualquier momento del día!